martes, 1 de diciembre de 2009

Conclusión

sostenemos que este sitio contribuirá a generar una mayor comprensión de los distintos procesos que cobran incidencia en la conformación del paisaje.

En realidad, estas 5 estaciones reflejan de muy buena manera, la gran variedad de paisajes que posee nuestro país.

De cada una podemos rescatar un rasgo diferenciador: Las Dunas de Longotoma poseen el sello de la amplitud y de ser un lugar de aprendizaje muy óptimo para la geografía. La Playa de Pichicuy es una muy buena fuente de rocas y las hay de muy variados tipos y llenas de características que son muy tratadas en clases de geografía en las universidades. Por su parte, del Parque Nacional Fray Jorge rescatamos su tesoro biológico y nativo. En cuarto lugar, El Valle del Encanto posee una carga histórica muy potente. Finalmente, el embalse La Paloma es una expresión de lo que día a día va desarrollándose nuestro país.




Embalse La Paloma

Estación Nº5: Embalse La Paloma.

El Embalse La Paloma es un cuerpo de agua artificial localizado en la comuna de Monte Patria, Coquimbo al sureste de Ovalle. Posee una capacidad máxima de 780 millones de metros cúbicos. El embalse fue terminado en 1965 y se llenó en 1974. Embalsa las aguas del Río Grande y Huatulame.

Fue construido por un consorcio norteamericano. La maquinaria pesada fue desembarcada por sus propios medios desde barcazas de desembarco en la playa de Tongóy. Al término de las obras, ante la imposibilidad administrativa de que la maquinaria quedara en Chile, y no siendo rentable para el consorcio, el llevárselas de regreso; optaron por hundirla en el mar.

Posee una cortina de 80 mts. De altura y a sus pies se encuentra el parque Tamelcura, lugar en que se realizan actividades recreativas y populares. En el Norte Chico, hay un año lluvioso cada 7 u 8 años, es por esto que se pensó y después se ubicó el lugar para construir un gran embalse que pudiera guardar agua en años lluviosos para utilizarla en años secos.




El embalse La Paloma es una obra de ingeniería lograda por técnicos y trabajadores chilenos. Es una obra construida por el Estado bajo el gobierno de Jorge Allesandri, continuó en el mandato de Eduardo Frei Montalva y finalizó con Salvador Allende. El embalse está

emplazado sobre el Río Grande, en la confluencia con el río Huatulame a 23 km. al oriente de la ciudad de Ovalle. Dado su emplazamiento, tiene un ahoya hidrográfica tributaria de 6.253 km. Cuadrados y su capacidad máxima es de 810 millones de metros cúbicos, siendo su capacidad útil de 750 millones de metros cúbicos. Constituye el embalse artificial más grande del país y uno de los más grandes de Sudamérica [1].


[1] Valle del Encanto. Ovalle encanto nativo, obtenido el día 01 de noviembre de 2009 desde dirección: http://www.ovalleencantonativo.cl

Valle del Encanto



Estación Nº4: Valle del Encanto.

El Valle del Encanto es un sitio de gran importancia arqueológica, que se encuentra ubicado en una quebrada a 5 Kms. de la carretera

Ovalle-Socos (Ruta 45) y a 19 Kms. de la ciudad de Ovalle. En esta quebrada se encuentran diseminadas un sinnúmero de rocas con petroglifos, pictografías y piedras tacitas que pertenecen a una cultura indígena de más de 2.000 años de antigüedad en un área aproximada de 3 hectáreas[1].

En la zona se encuentra un antiguo asentamiento indígena en el que permanecen importantes vestigios arqueológicos como petroglifos, pictografías, piedras tacitas o morteros. Este lugar fue descubierto arqueológicamente en el año 1946 y fue declarado monumento histórico nacional el 5 de febrero de 1973.


El Valle del Encanto recibió su nombre al conocerse diversas leyendas que dicen que el lugar estaría encantado, Observarlo, visitarlo, nos hace retroceder en el tiempo y participar en las ofrendas que los primitivos habitantes de la zona realizaban a sus dioses. Era un lugar donde concurrían cazadores y pastores, aprovechando las

excelentes condiciones que posee, principalmente la existencia de agua permanente en su lecho, incluso en años secos.

Las excavaciones en el Valle del Encanto han permitido determinar que fue habitado desde hace casi 4.000 años por grupos de cazadores y recolectores de cierta tradición costera quienes a comienzo de nuestra Era dieron paso a nuevas oleadas de individuos, hábiles ceramistas, recolectores con uso creciente de técnicas agrícolas, ganaderos, semi-aldeanos que habitaron el lugar hasta el siglo VII d.C. aproximadamente.

Petroglifos: En la superficie de las grandes rocas que conforman el lugar podrás ver gigantes petroglifos. El principal elemento decorativo de los dibujos es la figura humana que se encuentra generalmente en actitud de movimiento. Los rasgos faciales se advierten señalados con círculos y líneas para los ojos, narices y cejas; la boca no se dibuja. Este conjunto de elementos ha permitido a los arqueólogos formular un estilo de arte rupestre, llamado el "Estilo Limarí".

Pictografías: Las pictografías son de color rojo y se encuentran en escaso número.
Presentan una temática geométrica de líneas onduladas o quebradas, desvinculadas de las típicas figuras antropomorfas que se observan en los Petroglifos.

Piedras Tacitas o Morteros: En una vegetación compuesta de arbustos pequeños, cactus y algunos árboles de escasos ramajes, se encuentran las Piedras Tacitas o Morteros. Existen en gran variedad y abundancia; se presentan en tres tipos: Cupuliforme, Elipsoides y Cuadrangulares. Tienen un diámetro que varía entre 10 y 15 centímetros y la profundidad de la excavación oscila entre 4 y 8 cms. Por su ubicación se cree que son contemporáneas a los petroglifos y pictografías; se utilizaron durante la ocupación del Complejo Cultural El Molle.

Investigaciones: Científicos chilenos han trabajado arduamente en la tarea de clasificar a qué cultura pertenecen estas manifestaciones rupestres, llegando a la conclusión que los petroglifos, aunque presentan una diversidad en estilos y técnicas, parecen corresponder al Complejo Cultural El Molle siglo II-VII de nuestra Era[2]. Las pictografías pueden ser manifestaciones más antiguas dentro del contexto, sin embargo, también ubicables dentro del Complejo Cultural El Molle. Respecto de los estilos representados, los expertos señalan que están estrechamente vinculados a la actividad mágico religiosa, no sólo se refieren a la expresión ritual de un grupo humano, sino que, asimismo, a la ayuda sobrenatural en las actividades económicas representadas a través del arte rupestre, expresadas en la caza y pastoreo.

La Doncella del Valle del Encanto: El valle del Limarí y sus ríos tributarios esconden un pasado prehispánico atesorado en múltiples sitios arqueológicos registrando el paso de cazadores y recolectores trashumantes desde el año 2000 a.c., quienes dejaron rastros de una economía basada en el manejo de ganados de llamas y alpacas.
Su testimonio más rico pertenece al Valle del Encanto, que se funde con la “leyenda la doncella del valle del encanto”, narra la leyenda que una doncella realizaba misteriosas y fugaces apariciones en lo alto del peñón del encanto, resplandeciendo de oro su cabellera y alba de tules su figura. “Por extraño encantamiento de malabares, unas naranjas de oro rodaban por el aire, yendo de una de sus manos a otra y viceversa, cuando alguien intentaba aproximársele, la figura

se esfumaba sin dejar rastro alguno, quiso en una de esas misteriosas apariciones que la viera un indígena, el cual se prendó de tal belleza y, poseído por una obsesión rayana en lo pertinaz, día y noche aguardo tan esperada presencia, muchas veces la volvió a ver, y cegado, raudo se le aproximaba, pero, tal cual era el designio, cuando más se acercaba, la figura se iba desvaneciendo hasta desaparecer completamente. Así el hechizo, más una noche estrellada, el obcecado hombre logró llegar sorpresivamente hasta ella y, al extender los brazos para cogerla la luz dorada que despedían sus cabellos y las naranjas de oro lo cegaron.
Cerró fuerte los ojos doloridos, y al reabrirlos, comprobó que el encanto había desaparecido, loco por el dolor punzante, decepcionado por la cruel realidad de sus manos vacías, se arrojó desde lo alto del peñón al vacío, su cabeza azotó contra la mesa bajo la piedra del peñón, terminado así con su miserable existencia y su ilusión amorosa rota”
[3].


[1] El Valle del Encanto. Ovallito, obtenido el día 14 de octubre de 2009 desde dirección: http://www.ovallito.cl

[2] Valle El Encanto, (2003). Turismo Chile, obtenido el día 17 de octubre de 2009 desde dirección: http://www.turismochile.com

[3] Valle del Encanto. Ovalle encanto nativo, obtenido el día 17 de octubre de 2009 desde dirección: http://www.ovalleencantonativo.cl

Parque Nacional Fray Jorge.

Estación Nº3: Parque Nacional Fray Jorge.

La finalidad al crear el Parque Nacional Fray Jorge fue conservar una antigua vegetación, que debido a diversos factores, ha desaparecido de la zona, que dando vestigios en los llamados Altos de Talinay. Esta zona fue declarada Parque Nacional debido a que presenta un alto interés científico y botánico nacional e internacional. De ahí que este Parque sea espacialmente científico y la principal actividad que ofrece es educativa (conocimiento del bosque, medio ambiente desértico, interpretación de la ecología del bosque y zona desértica, conocimiento de la flora y fauna).



Durante mucho tiempo ha despertado la curiosidad y preocupación de científicos y estudiosos del mundo, sobre su origen, protección y conservación, como lo estableció la resolución Nº 24, letra A del V Congreso Científico Pan Pacífico, celebrado en Vancouver en 1933.


Posteriormente, numerosos congresos internacionales tuvieron especial preocupación sobre este bosque, todos los cuales coincidieron unánimemente en la necesidad de conservarlo y protegerlo, lo cual llevó al Ministerio de Agricultura a declararlo Parque Nacional por D.S. Nº 399, del 15 de abril de 1941.

Basado en todos estos antecedentes, Chile tiene en la actualidad la gran responsabilidad a cuidar la integridad de este bosque, evitando a cualquier costa su destrucción.

Historia.

Las características especiales de esta provincia en cuanto a su climatología y vegetación, con formaciones vegetales de caracteres desérticos y semi-desérticos, hizo que se formularan, desde la fecha de su descubrimiento hasta fines del siglo pasado, una serie de leyendas y suposiciones en cuanto a la composición y origen de este bosque.

Este bosque fue descubierto alrededor del año 1627 por un lego de la Orden Franciscana. Quien utilizó su madera en la construcción en al menos en parte, del campanario de la Iglesia de San

Francisco de La Serena.

En efecto, la existencia de olivillo en el maderamen original permite que este fue traído del cercano bosque de Fray Jorge, debido a que eta especie no se explotaba en el sur de Chile por la abundancia de otras de mejor calidad.

Antecedentes geográficos.

El Parque Nacional Fray Jorge está situado en la provincia de Coquimbo, comuna de Ovalle, en la latitud aproximada de 30º 34` sur y 71º 11` longitud oeste, en el cordón de cerros de la Cordillera de la Costa de Coquimbo conocido como Altos de Talinay. Limita al oeste con el Océano Pacífico y al sur con el río Limarí[1].

El río Limarí constituye el límite convencional entre las regiones fitogeográficas, xeromórficas y mesomórficas.

Este Parque tiene una superficie de 6845 hectáreas, las que se complementan con un área vecina, ubicada al sur. De 3000 hectáreas y denominada Parque Nacional Punta del Viento. Ambas se administran como una sola unidad.


Fitogeografía del Parque.

El Parque se divide en las siguientes zonas de asociaciones vegetales:

Zona de formaciones arbustivas semi-desérticas.

Por la entrada del Parque se atraviesan terrenos cubiertos por formaciones arbutivas de carácter semi-desértico. Esta vegetación crece entre 100 a 200 metros sobre el nivel del mar, dominando al principio algunas especies herbáceas como Pichana y Hierba de la Yesca, pero poco a poco empiezan a aparecer algunos arbustos como Incienso, Puscana, Palo Negro y Varillas, que ejercen dominancia local entre otras, como Alcaparra, Guayacán, etc.[2]

Zona de exposición norte.

En los faldeos de los cerros con exposición hacia el norte y pendientes de 30 a 70%, las cactáceas columniformes llaman desde lejos la atención, existiendo entre mezcladas algunas Varillas y Palo Negro.

Zona valle interior y su faldeo oeste.

Al seguir por la quebrada de Las Vacas y que forma un pequeño valle, con alturas de 100 a 150 metros sobre el nivel del mar, con pendientes suaves en sus laderas, la asociación arbustiva está dominada por Varilla y Pichana. A poco andar, reemplazan a éstas en valor fisiognómico los cactus, cuya densidad empieza luego a disminuir hacia la quebrada de Las Vacas a favor del Incienso, Palo Negro y Puscana.

Al fondo de esta quebrada, lo mismo que en faldeo que mira hacia ella. Los altos del bosque, en su parte inferior, están dominados por Guayacán y Varillas, las que caracterizan la asociación hasta aproximadamente los 150 metros sobre el nivel del mar[3].

A los 200 metros de altura la asociación es de Varilla y Puscana, que con la altura va cambiando lentamente hasta llegar a estar dominada a los 350 metros por Varilla y Rabo de Zorro.

Desde los 400 metros hacia arriba esta comunidad se va empobreciendo rápidamente y adquieren mayor importancia otros arbustos como Alcaparra, Manzanilla, Arguenita y sobre todo Cardón y Chagual, que forman por lo general grandes manchas.

Zona boscosa.

A los 450 metros se encuentran las primeras manchas de bosque en la cima de los altos de Fray Jorge, cerca del límite norte del Parque; ellas están dominadas por Olivillo y Arrayán mancho o Espino Negro y Chin-Chin.

Estas manchas de bosque con aspecto de Parque están separadas por extensiones con vegetación arbustiva y pastos tales como salado y otros, dominadas a distintas alturas por Vautro o Romerillo, arbusto bastante abundante y fácil de observar por su aspecto redondo y pulvurento; además otros arbustos como Cuerno de cabra, Palo Amarillo, Bollén y Palo Blanco[4].

A los 500 metros de altura se encuentra el típico bosque, formado por la asociación de Olivillo y Canelo, que ocupa las partes más altas del cordón de cerros del sector sur y se extiende por su faldeo oeste hasta aproximadamente los 350 metros de altura sobre el nivel del mar.

Más abajo, siempre al oeste de los alto del bosque, se encuentran comunidades vegetales constituidas por Topa-Topa, Chavalongo y Festuca, las que cubren los faldeos hasta llegar al plano costero, a unos 120 metros de altura.

Zona costera.

Aquí aparece nuevamente la comunidad arbustiva dominada por Varilla y Puscana, además gran cantidad de cardón. A menores alturas, siguiendo hacia la playa, los arbustos empiezan a perder importancia y aparecen grandes manchas circulares, formadas por colonias de Eulychnia castanea, en el sector sur, cerca de la desembocadura del río Limarí. Esta cactácea presenta un aspecto curioso, extendiéndose radialmente, en forma rastrera, levantando de cuando en cuando tallos verticales de más o menos un metro de altura.

En los terrenos arenosos y maicillentos de la costa se encuentran grandes extensiones cubiertas por la Nolana paradoxa, que constituye en primavera, enormes sábanas de flores azules, entremezcladas con ellas crecen numerosas Liliáceas y Amarilidáceas, con hermosas flores y otras hierbas, que en primavera le dan un aspecto de indiscutible belleza

Antecedentes ecológicos que permiten la supervivencia del bosque.

La presencia de un bosque muy higrófilo conviviendo con áreas que a menos de 500 metros presentan un aspecto desértico, es uno de los fenómenos vegetacionales más interesantes de Chile.

Es un bosque mixto, formado por especies siempre verdes que tienen su mayor importancia fisiognómica dentro de su área de distribución en la región valdiviana.

Se encuentra situado en la parte más alta de los cerros que forman Altos de Talinay, debido a la presencia y acción de condiciones climatológicas particulares, como así también a la conformación de este sector de la Cordillera de la Costa, que permite la condensación de la humedad atmosférica que tren los vientos oceánicos en forma de neblinas estacionarias que depositan agua por condensación y disminuyen las pérdidas de humedad por evaporación, creando de esta manera en una región de muy escasa lluvia un hábitat propicio para este bosque[5].

El bosque del Parque Nacional Fray Jorge subsiste por que el aire marino, cargado de humedad, es empujado por los vientos hacia el continente. Al tener que elevarse por su choque con los altos cerros de la costa, condensa dicha humedad en forma de nubes, que son depositadas en parte sobre la vegetación arbórea existente en la cumbre, aportando así la humedad necesaria para su supervivencia.

Finalmente se puede decir que el viento es otro de los factores atmosféricos de importancia para a vegetación de los Altos de Talinay, ya que su dirección dominante es Suroeste y es raro el día en que no sopla. Sus efectos pueden apreciarse fácilmente por las formas tortuosas adoptadas por los árboles, de altura uniforme que alcanzan las distintas especies y la forma de bandera que toman las copas de los árboles.

Causas que originaron la formación de este bosque.

Este bosque de tipo valdiviano, crece a una altura de 500 a 600 metros sobre el nivel del mar y a sólo 3 kilómetros de la costa. Esta formación boscosa está situada en la zona limítrofe entre las formaciones de matorrales y estepas costeras semi-desérticas y las formaciones arborescentes arbustivas de la Cordillera de la Costa.

La explicación de la presencia y características de este bosque están en el carácter de relicto y en el clima local de los relieves costeros de la desembocadura del río Limarí.

El carácter de relicto lo da el hecho de que sea un vestigio de la vegetación que existió en la zona central del país y en el norte chico durante las glaciaciones cuaternarias, cuando las especies sureñas migraron hacia el norte debido al descenso de las temperaturas en su área original[6].

En efecto, el aumento de las precipitaciones o la disminución de las temperaturas estivales que precedieron a las glaciaciones y las causaron, sea actuando separadamente o en conjunto, crearon a lo largo de regiones previamente muy secas y calurosas una serie de hábitats, probablemente continuados, favorables para el establecimiento de elementos florales confinados antes al sur de Chile, con alta humedad, grandes precipitaciones y bajas temperaturas, resultando un superávit de lluvias sobre evaporación.

Las comunidades vegetales del bosque han quedado como una evidencia de las migraciones de las formaciones vegetales primero hacia el norte durante los períodos fríos y luego la vuelta hacia el sur durante los más cálidos.

La extensión de las condiciones mesológicas favorables para la mantención del bosque, es sumamente dificultosa y cualquier alteración hace muy lenta su recuperación.



[1] Novoa J., et al, (2004), Geomorfología del Parque Nacional Fray Jorge: Génesis y procesos. Universidad de La Serena, Cap. 3, 61-70.

[2] Armesto J., et al, (1995).Ecología de los bosques nativos de Chile. Santiago, Universitaria, Cap. 3, Pág. 129.

[3] Ibíd. Pág. 140.

[4] Ibíd. Pág. 146.

[5] Armesto J., et al, (1995).Ecología de los bosques nativos de Chile. Santiago, Universitaria, Cap. 3, Pág. 156.

[6] Ibíd. Pág. 162.

Pichicuy.


Pichicuy está ubicado en el extremo norte de la V Región, presenta una costa desmembrada muy expuesta al oleaje caracterizada por islotes, farellones, plataformas rocosas y playas de bolones. En los extremos de este sistema rocoso expuesto se ubican las playas de arena de los balnearios de La Ballena hacia el norte y de Pichicuy hacia el sur[1].

Desde la óptica climática, Pichicuy, se caracteriza por tener un clima templado mediterráneo occidental. Este es determinado por las corrientes marinas frías que barren las costas y los vientos del mar, moderando las temperaturas. Como consecuencia, los territorios del centro tienen poca diferencia de temperatura durante el año y, en general, son zona s de lluvias mesuradas en invierno y de sequía en verano. Estaciones lluviosas en el invierno desde mayo a agosto y un periodo seco relativamente más prolongado entre septiembre y abril. El periodo húmedo y la magnitud de las precipitaciones aumentan progresivamente hacia el sur. Junto al litoral central de Chile se mueve la corriente marina fría de Humboldt, que es un enorme río oceánico formado por varias corrientes superpuestas, con un ancho en la superficie de 600 kilómetros, una profundidad de más de 400 metros y que corre a una velocidad de entre 40 y 60 metros por hora[2].

El océano Pacifico y la corriente de Humboldt, en particular, condicionan en gran medida los elementos climáticos de la quinta región. La acción marina se expresa en el subtipo climático llamado costero, contribuyendo a la homogeneidad térmica, otorgando así un influjo moderador al regular las oscilaciones diarias y las amplitudes anuales penetrando incluso efecto en gran parte del interior de la región; cuando el relieve de la cordillera de la Costa así lo permite. El carácter frió de la corriente de Humboldt determina la existencia permanente de una banda de bajas temperaturas vecinas a la costa, por lo que el aire desplazado a su paso por la masa oceánica se enfría, contribuyendo al descenso de las temperaturas continentales.

La forma del litoral de Pichicuy es de rasgos casi rectilíneos, con pocos refugios naturales. El litoral está influido por la interacción océano-atmósfera de las masas de aire sobre el Pacifico sur y la influencia de los procesos circulatorios asociados a la corriente de Humboldt. Los enfriamientos ocasionales de las aguas también se atribuyen a turbulencias producidas por los vientos o bien una manifestación del intercambio calórico entre océano y atmósfera. Las condiciones de temperatura del mar y del régimen de los vientos influyen directamente en las variaciones estacionales del fitoplancton[3].

Las precipitaciones son básicamente de carácter frontal con modificaciones debidas al relieve. Su origen está ligado a la frontología derivada de la acción del anticiclón del Pacifico que se sitúa entre los 10 * y los 40*S. Localizándose éste en el mes de enero hacia el norte y desplazándose hacia el sur en el invierno. De este modo en la región, el 64% de las precipitaciones se producen entre junio y agosto (junio 25%, julio 20% y agosto 19%) En toda la región las precipitaciones tienden, en general, por periodos cortos, de 24 a 48 horas, interrumpidos por breves periodos de calma; su intensidad es poco considerable. Lo normal es que la precipitación media en 24 horas, no supere los 35 mm.

La región se caracteriza por estar bajo la influencia mayoritariamente de los vientos anticiclónicos del sur u suroeste, de características netamente oceánicas. En invierno los vientos sur y suroeste se ven reducidos a expensas de los del cuadrante norte producto del desplazamiento del anticiclón del Pacífico hacia latitudes más bajas.

La Caleta de Pichicuy.

La caleta Pichicuy, es un pueblo que vive del mar. Su espacio no se limita al borde, sino que se extiende hasta la línea de horizonte. La caleta, como condición arquitectónica, es una agrupación de casas donde su plaza de armas es el mar y que se abre como un anfiteatro a su borde. La llegada del bote es la que da los tiempos de la caleta. La faena de la pesca sobre los habitantes de Pichicuy; la búsqueda de las redes y su llegada.

Desde la línea de mar se alza Pichicuy. La disposición de las casas privilegia la vista, ya que no se superponen, mantienen una conexión directa a través de grandes ventanales con el mar.

Estructura de la caleta: el pueblo aparece como un realce del territorio natural, los colores y formas acotan el borde costero. La bahía demarcada por el borde mar es repetida por la geografía y distribución de Pichicuy. Desde aquí aparecen los puntos de detención: el avistamiento y su emplazamiento. Los puntos de detención crean los recorridos de los habitantes de la caleta apareciendo en una estructura urbana en donde la caleta se abre como centro, la plaza. El avistamiento de ésta es de donde se fija la arquitectura del interior, la extensión de tierra. Dos tránsitos, por la línea de camino y el trazo de la caleta en la orilla de mar.[4]


IMÁGENES.

Análisis morfológico de las imágenes.

Agente: Agua Proceso: Erosión Fluvial Forma: Morfología Litoral

La primera imagen muestra a una roca sedimentaria, de tipo arenisca, por que posee clastos del porte de la arena, esta formación posee el nombre de panal por la semejanza de los panales de las abejas. La segunda foto, es una muestra de una roca fragmentada en bloques. Esta roca vivió una meteorización que le produjo diaclasas en ángulos rectos. La tercera imagen muestra a una roca con erosión laminar a raíz de los efectos del agente agua. Las 4º y 5 º dan cuenta de la acción antrópica en el paisaje además de reflejar la constante erosión que sufren las rocas, creando así estas rocas separadas de la roca madre, más rocas en pequeños volúmenes.La quinta imagen da cuenta de la Intervención antrópicas en el paisaje, provocando posible erosión en al roca y por supuesto en la vegetación que la rodea. Finalmente, la 6º imagen muestra a alvéolos, los que se generan producto de la erosión del viento, junto con partículas que chocan contra la superficie de la roca, fenómeno de abrasión.




[1] Vásquez J., et al. DIAGNÓSTICO BIOLÓGICO PESQUERO DEL RECURSO ALGAS PARDAS EN LA V Y VI REGIÓN, BASES PARA LA FORMULACIÓN DE UN PLAN DE ADMINISTRACIÓN. Tesis de titulación. Universidad Católica del Norte, Pág. 72.

[2] Fronza D., (2006). Unidades urbanas de borde mar. Tesis de titulación, Pontífice Universidad Católica de Valparaíso.

Pág. 12

[3] Ibíd. Pág. 15.

[4] Ibíd. Pág. 16.